
Era un viaje con el sol encima durante gran parte del camino, atardecía y el sol bajaba pero nada me hacia pensar que en cosa de minutos se empezaría a ver un horizonte negro -de nubes, claro está- que no tardaría en estar sobre nosotros, un atardecer digno de mis mejores sueños, viento helado, mucha risa, buena música, velocidad, y fotos. Solo sería la entrada a las mejores vacaciones en mucho tiempo en el mejor lugar.
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