Anoche me acordé de aquel refrán "Son cosas de todos los días" y me iluminé. Que manera de reirme con eso. y bueno, acá un claro ejemplo de aquello. Y es solo el primero.
El procedimiento es el siguiente: El hambre empieza a preocuparme, y es entonces cuando decido ir en busca de algo para comer. Elijo sémola con leche un vaso de Coca-Cola y me instalo. Ahora, que sea un procedimiento implica que es una práctica común, que está pauteado y todo sucede de una cierta forma.
Ya instalado, tomo un poco de la gaseosa y me inspiro para poder deleitarme como corresponde con la sémola y cómo bien se indica, para su correcta apertura tomo uno de los extremos de la tapa y levanto. Primer problema, la tapa se ha quedado pegada al envase. No importa porque puedo elegir otra. Es ahí cuando descubro el segundo problema, la tapa se ha quedado pegada al envase nuevamente.
Cuando esto sucede ya se que el camino es resignarse o maldecir por enésima vez a esa publicidad que una y mil veces mostró al niño perfecto, la lola más regia o la mami más amorosa abrir un envase de yogurt como quién levanta una pluma.
Pues bien. el procedimiento falla con los cuatro extremos de la tapa. Todo pegado al envase, la tapa rasgada y uno, entre decepción, risa y incredulidad intentando por último no saborear el proucto con los dedos.
Cosas de todos los días.
martes, 3 de julio de 2007
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